Verano, otoño, invierno y primavera, 365 días, todo el año hay latones en el monte del Latón de La Fueva de la ganadería Borruel Salinas. Y durante todo el año se puede conseguir en nuestra web o en los establecimientos de nuestros clientes.

La investigación, dedicación y experiencia acumulada nos han permitido poder extender la experiencia del Latón de La Fueva a todo el año. Desde 2010 ampliamos progresivamente la temporada de cría y en 2015 nuestra ganadería alcanzó el ciclo completo, disponemos de latones durante todo el año. Con este bagaje podemos decir que los resultados son muy satisfactorios, tanto para los cerdos como para los clientes.

 

Las ventajas de criar latones durante todo el año son mutuas; para los cerdos, porque mucha más cantidad de los mismos pueden desarrollar su vida en libertad, y para los clientes, porque pueden consumir su carne durante todo el año.

La vida en el monte es diferente en función de la época del año y especialmente cuando los latones son pequeños. La época más sencilla de adaptación al medio es el verano, las altas temperaturas, las abundantes horas de luz, la escasez de lluvias y, sobre todo, unas temperaturas mínimas muy suaves, son propicias para que los cerdos se aclimaten rápido y con la mínima afección a su crecimiento.

 

 

 

 

Por contra, la época más complicada es el invierno, especialmente el mes de enero, una época en la que las temperaturas exteriores son bajas, aparece frecuentemente la nieve y la noche se alarga. En esta época del año hay que estar muy pendientes de los animales, adaptar el tamaño de los lotes a las condiciones de los refugios, que deben contar con buen aislamiento térmico, cuidar la alimentación para que cubra sus necesidades calóricas y escoger muy bien las zonas en las que van a moverse, evitando en todo momento zonas sombrías, zonas con nieblas persistentes o demasiado expuestas al viento. Es un trabajo minucioso, en el que es fundamental entender el medio, la importancia de los microclimas, las previsiones meteorológicas y la vigilancia constante de los animales para asegurar su correcto crecimiento.

 

 

 

 

La primavera y el otoño son temporadas de climatología muy variable pero más propicias que el invierno, los latones se adaptan bien a las lluvias, que en estas épocas son mucho más frecuentes que el resto del año. Siguen siendo importantes las mismas prácticas de manejo que en el invierno, y con ellas y unas temperaturas más suaves la adaptación es más rápida con una afección menos significativa en su crecimiento.

 

 

 

 

Y todo esto sería mucho más complicado, o imposible, si la genética de nuestros latones no fuera de raza autóctona, una característica que los hace perfectamente preparados para adaptarse a las condiciones climáticas de la zona y a las condiciones del medio y naturaleza en los que crecen y se desarrollan.

 

 

Una condiciones climatológicas que moldean el medio en el que viven y matizan el sabor de su carne. Aunque el sabor y calidad de la carne es esencialmente el mismo en cualquier época del año, hemos observado matices generalmente aportados por la alimentación y también por la climatología. El matiz más destacado es el que aportan las bellotas en la época de otoño, de finales de septiembre a diciembre son abundantes en el monte del latón de La Fueva de la ganadería Borruel Salinas, y eso matiza el sabor de la carne.

 

 

Nuestros clientes más habituales se han dado cuenta de los matices estacionales de la carne de latón ¿los has notado tú también?

 

Una vida en el monte; 12 meses, 365 días, 24 horas