La carne de cerdo, el alimento de nuestra civilización

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Del cerdo hasta los andares, no es la primera vez que lo has leído u oído ¿verdad?

El cerdo es una especie procedente de los suinos que llegó a la vida de los seres humanos tras la domesticación de los jabalís cuando los hombres se hicieron sedentarios.

 

 

El proceso de domesticación se hizo en paralelo en varias zonas del planeta dando lugar a cruces y evoluciones a lo largo de los 15mil años en los que llevan conviviendo con nosotros y formando parte de nuestra dieta.

La carne de cerdo ha sido el alimento clave para el desarrollo de nuestra civilización, siendo el superalimento que ha provisto de la proteína y grasa necesaria para el desarrollo físico e intelectual de nuestra especie.

 

Sin carne de cerdo seríamos diferentes como civilización.

 

Hoy en día la carne de cerdo está periódicamente cuestionada o ensalzada según tendencias populares amparadas en creencias y/o estudios científicos que pueden llegar a concluir una cosa y la contraria. Y es que los estudios siempre concluyen lo que quiere que concluya el que los paga ¿no os parece?

Criticada por ser una carne con un rico aporte de grasa, criticada por proceder de un animal señalado como sucio o señalada por la baja calidad en la que podemos encontrarla actualmente tras el proceso de industrialización severa que ha sufrido durante los últimos 30 años.

Nutricionistas, médicos y otras ramas científicas estudian la carne de cerdo continuamente con el objetivo de publicar estudios que nos ayuden a mejorar nuestra relación con este alimento.

Y entre tanta literatura, creencias, estudios y recomendaciones podemos concluir con distintas verdades no refutables por estudios, nutricionistas u opinadores de cualquier índole:

  • La carne de cerdo es un alimento que ha consumido el ser humano siempre. Como cazador se alimentaba de los antepasados del cerdo y cuando se hizo sedentario comenzó a criarlos él mismo para seguir alimentándose de ellos. Por tanto nuestra evolución está ligada de forma estrecha con la de este animal y como especie estamos plenamente integrados con la carne de cerdo como alimento.
  • Como alimento es uno de los más arraigados a nuestra cultura como civilización. Existen infinidad de formas, recetas y transformaciones de su carne, su grasa, sus órganos que dan forma a infinidad de productos derivados: chorizos, morcillas, longaniza, butifarra, salchichón, jamón, salami, salchichas, tocino, cochinillo, torreznos, cortezas, conserva, cabeza de jabalí, paté, bacon o panceta, manos.. o hasta el jabón. Podríamos escribir cientos de productos que a su vez tienen variaciones en cuanto a las recetas y formas de procesado según las costumbres de cada región.
  • Es un alimento muy aceptado y apreciado como consumidores. Asociamos el sabor de la carne de cerdo y de sus productos como algo ‘bueno‘ que nos gusta y que nos apetece consumir atendiendo a sus cualidades sensoriales y organolépticas.
  • Nunca antes en la historia del ser humano la carne de cerdo estuvo presente en tanta cantidad en su dieta. La industrialización ha hecho que los precios de este alimento disminuyan tanto que económicamente es una de las carnes más asequibles que tenemos a nuestra disposición.
  • Esta industrialización además del abaratamiento de la carne de cerdo ha producido cambios en su calidad que le afectan tanto sensorialmente como nutricionalmente.

 

Y siendo esto así, nuestra opinión al respecto es:

  • Como especie nuestro organismo está preparados y acostumbrados a la carne de cerdo como alimento y es algo que la historia nos demuestra. Por lo tanto la carne de cerdo es un buen alimento.
  • Si bien como especie siempre hemos comido cerdo, nunca lo hemos hecho en las cantidades que lo hacemos ahora. Debemos cuidar la cantidad de carne de cerdo que consumimos, al igual que debemos cuidar la cantidad de otros tipos de carne.
  • Debemos buscar la calidad del cerdo para que la carne de cerdo que consumimos sea un alimento semejante al que siempre ha sido en la dieta del ser humano.
  • Debemos cuidar los procesos y los productos derivados de esa carne de cerdo para asegurarnos que no están perdiendo calidad o se añaden sustancias que los hacen menos saludables.

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